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Todo esto es, o debería ser, algo sabido… Olvidado de tanto saberlo.
Pero se sabe poco o nada… No ha interesado que se sepa.

 


El 26 de Julio de 1947 se publicó en el BOE la aprobación por Las Cortes de la Ley de sucesión a la Jefatura del Estado.

El meollo de la ley:

  • (Artículo 1) España se constituía en Reino
  • (Artículo 2) La Jefatura del Estado correspondía al «Caudillo de España y de la Cruzada, Generalísimo de los Ejércitos, don Francisco Franco Bahamonde»
  • (Artículo 6) En cualquier momento el Jefe del Estado (Franco) podía proponer a las Cortes la persona que debía ser llamada en su día a sucederle a título de Rey o de Regente.
Antecedentes:
  • A punto de terminar la 2ª Guerra Mundial, conociendo ya “ganador y colocado”, Juan de Borbón, heredero “formal” de los “borbones” publicó – el 19 de marzo de 1945 – el Manifiesto de Lausana – en él criticaba duramente la dictadura franquista al tiempo que se ofrecía al pueblo español para restaurar, a través de su persona, una Monarquía de carácter no muy definido, pero contraria desde luego a los “principios” del Movimiento franquista.
  • El 7 de abril de 1947 Juan de Borbón, el padre de Juan Carlos, que era ¿por derecho? el heredero de la corona de España en ese momento, hizo público  otro manifiesto – ésta vez desde Estoril (Portugal) en el que denunciaba la ilegalidad de la Ley de Sucesión, porque se proponía alterar la naturaleza de la monarquía sin consultar con el heredero del trono.
  • Una semana antes, el 31 de marzo de 1947 Carrero Blanco, enviado por Franco y redactor, el mismo, de la Ley de Sucesión, informó a Juan de Borbón de que con la aprobación de dicha ley sería Franco quien nombraría al monarca del reino «cuando lo considere conveniente». Y además, le informa de que podría llegar a «ser Rey de España, pero de la España del Movimiento Nacional, católica, anticomunista y antiliberal».

  • El 25 de agostode 1948, Franco concertó una entrevista con Juan de Borbón – en el Azor – en el golfo de Vizcaya. Allí acordaron que el hijo de diez años de Juan de Borbón, Juan Carlos, nacido y con residencia en Roma, cambiaría de residencia y completaría su educación en España, junto con su hermano Alfonso de Borbón y Borbón-Dos Sicilias. Todo lo que consiguió Juan de Borbón, al ceder a sus hijos como una especie de rehenes medievales al franquismo, fue la promesa de «que el periódico monárquico ABC podría informar libremente y que se levantarían las restricciones de las actividades monárquicas»… ¿informar libremente de que? Me pregunto.

Consecuencias:

  • Desde el 18 de julio de 1947, por la Ley de Sucesión, Franco actuaría como el monarca del recién proclamado reino de España, entendiendo que el trono estaba vacante.
  • El 21 de julio de 1969 Franco designa a Juan Carlos de Borbón como su sucesor a la Jefatura del Estado, con el título -recién creado – de  «Príncipe de España».
  • Así, proclamado por las Cortes como sucesor de Franco el 22 de julio de 1969, Juan Carlos jura: «fidelidad a los principios del Movimiento Nacional y demás Leyes Fundamentales del Reino».

Durante la dictadura, el príncipe de España, Juan Carlos, accedió brevemente (19 de julio a 2 de septiembre de 1974 y del 30 de octubre al 20 de noviembre de 1975), en dos ocasiones, a la jefatura del Estado debido a la frágil salud del dictador.

Y al séptimo descanso:

  • En junio de 1973 franco nombró Presidente del gobierno a Carrero Blanco, reservándose para si la Jefatura del Estado.

Todo hacía pensar que Carrero se convertiría en el hombre fuerte del Estado a la muerte del Caudillo y en el pilar sobre el cual se sustentaría el franquismo sin Franco.
Quedaba todo: «atado y bien atado».

Salud y República

 Éste dilema se nos presentaba a los españoles en la primavera de 1976.
Escogimos la reforma.

¿Pudo hacerse otra cosa?

«Fueron las movilizaciones populares, y no el Rey y los reformistas, las que trajeron la democracia.» 

«Si bien el dictador murió en la cama, la dictadura murió en la calle». 



Vincenç Navarro


La mayoría de los españoles están convencidos de que la transición a la democracia – además de constituir en si misma, un proceso ejemplar – tuvo como protagonistas e impulsores principales al actual rey y a los propios  franquistas.




Ésta idea, difundida interesadamente por «todos» los medios de comunicación, es radicalmente falsa.




Ni el rey era un demócrata emboscado, ni los franquistas tenían el menor deseo de perder ninguno de sus privilegios.




Uno y otros fueron acomodando sus posiciones a la evolución de los acontecimientos sin perder ni un momento de vista sus verdaderos objetivos:

  • El monarca, conservar la monarquía para si y sus descendientes.
  • Los franquistas, mantener su privilegiada situación.
Y debe reconocerse que los consiguieron plenamente. Con mucha colaboración, todo hay que decirlo, por parte de la oposición democrática. 





En todo proceso negociador – y eso, no otra cosa fue la Transición, una negociación – unos ganan más y otros menos… o directamente pierden.




Y entonces ganó el Régimen y perdió el pueblo español, que soporta hoy una democracia raquítica… sin darse cuenta de ello.




Aunque para ser justos hay que reconocer que la correlación de fuerzas no era favorable a la oposición.





(Nota) – Art. siguiente: Juan Carlos I




Salud y República